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Café de la muerte

Segundo Café de la Muerte con estudiantes de Medicina

Por Dominga Rodríguez y Pedro Lavín

El segundo Café de la Muerte se realizó de manera virtual el día viernes 8 de mayo del 2020. Fue organizado por los ayudantes del Centro de Bioética de la Facultad de Medicina CAS-UDD, Dominga Rodríguez y Pedro Lavín motivados por su tutor, el doctor Juan Pablo Beca. A esta actividad se conectó de manera voluntaria un grupo de estudiantes de segundo a séptimo año de la carrera de Medicina.

Este segundo café fue el primero que se realizó de manera no presencial, por el contexto de pandemia de Covid-19. Se abordó que dentro del rol del médico está el encargarse de que el paciente pueda tener un buen morir. Para eso el grupo concluyó que sería recomendable suplir la actual imposibilidad de contacto familiar del paciente a través de pequeños gestos que los profesionales de la salud pueden hacer, como poner una foto de sus familiares o mostrarles algún video que le envíen estos. Además se podría hablar con el paciente sobre la muerte, sobre su muerte, de manera sincera y delicada, sin esconder este tema.

Aquí recogemos algunos de los temas que se hablaron esa tarde:

Los participantes coincidieron en pensar que la muerte es un proceso. El concepto del proceso de muerte se abordó de diferentes perspectivas. Por un lado, se habló de que es un evento fisiológico que se entiende y que es posible explicar sobre las bases biológicas, y que está seguido de un acontecimiento trascendental que no entendemos y que intenta ser explicado mediante diversas creencias. También se reflexionó que no debemos dejar de enfrentar la muerte por la incertidumbre que genera la segunda etapa por razones que se discutirán más adelante. Por otro lado, se dijo que la muerte como proceso debe estar precedida de acompañamiento y de preparación para ella. Para esto es clave hablar de la posibilidad de la muerte antes de que sea inminente, puede incluir que la persona diga qué le gustaría para sus últimos días; qué quiere legar, con quién quiere estar en sus últimos momentos, si es que quiere asistencia religiosa.

Se discutió sobre la importancia de enfrentar la muerte. Se argumentó que la muerte le da sentido a la vida porque es parte de ella, ya que sólo hay muerte si es que antes hay vida. Además, el saber que la vida termina en la muerte empuja a vivirla de manera plena. De forma metafórica se dijo que así como nadie deja el último capítulo de un libro sin leer, tampoco se puede vivir toda la vida sin experimentar la muerte. Por último, se mencionó que la muerte es una oportunidad para perdonar, ser perdonados, dar gracias y expresar nuestro amor.

Se comentó que la muerte es un tema tabú. Se dijo que la dificultad para hablar del tema ocurre producto de un efecto cultural, pues en otras culturas sí se habla de la muerte. En el contexto médico, la muerte es vista muchas veces como un fracaso de la medicina; y los médicos, paradójicamente, no asumen bien la muerte de sus pacientes. Se argumentó que esta forma pesimista de ver la muerte no es correcta porque todas las personas mueren eventualmente. Un interno contó una experiencia en la cual se pone en manifiesto esta realidad: fue enviado por el médico a cargo de un paciente a notificar la muerte de este a su familia, pues el doctor no lo quería hacer no lo quería hacer. Se habló de que esto es una práctica común dentro de algunos médicos.

Para finalizar, recogemos algunas recomendaciones que se hicieron. Para introducir el tema de la muerte entre amigos y familiares se propone partir preguntando “¿Por qué la muerte es un tema incómodo?”, pues abre la discusión más suavemente. En el contexto de de la pandemia de Covid-19, respecto al rol del médico tenemos que encargarnos de que el paciente pueda tener un buen morir. Para esto se recomienda intentar suplir la falta de contacto con la familia a través de pequeños gestos como poner una foto o que le envíen un video. Además se podría hablar con el paciente de su muerte de manera sincera y delicada, sin esconderla.