Reflexionemos sobre la muerte
Por Dr. Juan Pablo Beca
La Medicina como vocación y profesión ha estado siempre unida al sufrimiento humano, su prevención y su alivio en lo relacionado con la enfermedad, respetando el sentido de la vida que cada persona tiene. Esta visión de la esencia misma de las diversas profesiones de la salud ha adquirido formas muy diferentes a lo largo de la historia, diluyéndose en especialidades y tecnologías hasta casi olvidarse.
Cada profesional ha vivido en su contacto directo con pacientes, durante su formación y en su vida laboral, un número variable de situaciones o experiencias quizás aisladas que lo han hecho reflexionar y que lo han llevado a priorizar las necesidades del otro por sobre sus intereses personales. Muchos recuerdan de por vida sus primeras experiencias con un paciente que fallece a pesar de todos los esfuerzos terapéuticos. Algunos lo vivieron como una experiencia de ayuda y acompañamiento de una persona al final de su vida, mientras otros lamentablemente lo recuerdan como una frustración o un fracaso. La diferencia no está en el resultado biológico logrado que es el mismo, sino en haber asumido la situación del paciente como la de alguien necesitado de cuidado y ayuda, o como un desafío para impedir la muerte.
La situación que hoy vivimos globalmente, como país, en cada hospital, y ante cada persona gravemente enferma debido a infección por virus SARS CoV-2, nos tiene agotados y muchas veces sobrepasados. Sin embargo, en esta compleja situación, es importantísimo reflexionar en el sentido profundo de nuestra vocación, recordando que la muerte es parte de la vida y que nuestro rol es que quienes mueren por enfermedad puedan, con nuestra ayuda, morir de buena manera. Para eso es necesario recordar nuestra vocación, mirar este tema de frente, pensarlo, reflexionar y compartir pensamientos y experiencias. Con este propósito queremos multiplicar reuniones de “cafés de la muerte” que hemos tenido con estudiantes de medicina. En estas reuniones los participantes comparten sus conceptos, pensamientos o experiencias sobre qué es la muerte, qué piensan o temen de ella, y como se puede asumir mejor.